Un santo de rodillas ve más lejos que un filósofo de puntillas. (Corrie ten Boom)

21.12.13

Adviento, Sol Naciente

El tema de "tinieblas y sombra de muerte" es un tema central en estas antífonas. De nuevo, la de hoy nos habla de él: Oh Sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven a iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte.
La antífona alude a un texto de Isaías: Yo, el Señor, te he llamado para la justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la cárcel a los que habitan en tinieblas (Isaías 42,6-7).
En el Nuevo Testamento nos dice Lucas: Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de paz (Lucas 1,78s).
Entre otros signos, Jesús devuelve la vista a los ciegos. No se trata solamente una curación física, sino que apunta a una realidad espiritual. En el Evangelio de Juan, Jesús dice: He venido a este mundo para un juicio, para que los ciegos vean y los que vean queden ciegos. Algunos fariseos que se encontraban con él preguntaron: Y nosotros, ¿estamos ciegos? Les respondió Jesús: Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero, como dicen que ven, su pecado permanece. (Juan 9,39-41).
El Papa Benedicto XVI nos dice: Para configurarnos con Cristo se requiere que nos distanciemos de lo que todos piensan y quieren, que abandonemos los criterios que intentan dominarnos. Así encontraremos la luz de la verdad de nuestro ser, y con Él llegaremos al camino recto. (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, vol. III, Los Evangelios de la Infancia). No podemos ver la realidad como es, mientras nos ponemos lentes del color de los criterios de nuestro ambiente. Sólo Cristo, que ha pasado a través de la muerte a la resurrección, conoce toda la realidad.
Por eso, su luz es también un juicio. Porque nos obliga a ver la realidad tal como es, sin maquillaje. El P. Thomas Keating compara esta luz con la iluminación en una habitación: con poca iluminación nos parece bastante limpia. Pero, a medida que aumenta la luminosidad, detallamos siempre más polvo, suciedad y hasta animalitos. Llama la atención que especialmente en el Evangelio de Juan se hace mucho énfasis en este aspecto. Mucha gente se encuentra con Jesús, con el resultado de que se ve obligada a tomar una decisión, o en contra o en favor de Él. Pero nadie puede quedarse "neutro". Lo vemos de manera muy densa al final de la catequesis en Cafarnaum: Muchos de los discípulos que lo oyeron comentaban:  "Este discurso es bien duro: ¿quién podrá escucharlo? "... Desde entonces muchos de sus discípulos lo abandonaron y ya no andaban con él.  Así que Jesús dijo a los Doce:  "¿También ustedes quieren abandonarme?"  Simón Pedro le contestó:  "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y  reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios" (Juan 6,60.66-69).
Desde otro ángulo, la luz se relaciona también con una información completa. No se puede manipular a alguien que tiene toda la información, y que se conoce a sí mismo. Por eso, las dictaduras y los grupos de presión están interesados en mantenernos mal informados, o nos dan sólamente una información distorsionada. Así pueden dominar a la gente, o venderles los productos que nadie necesita, pero que enriquezen a los productores. Sabemos que, con una malinformación cuidadosamente planificada por los interesados, se han justificado guerras, o medidas económicas dañinas para una mayoría, y provechosas sólo para unos pocos. Por algo será que tratan de silenciar a la prensa, que matan a periodistas cuando descubren escándalos de gente poderosa. Por no hablar de la persecusión que se le monta a la iglesia, de manera abierta o solapada. A nivel mundial hay una tendencia y unos esfuerzos por silenciarla, o por desacreditarla, para desvirtuar su palabra. Porque para gente que huye de la luz para que sus obras no sean vistas, la luz de Cristo es un juicio.
Hoy le pedimos al Señor que venga a iluminarnos, a sacarnos de nuestras propias tinieblas, y a salvarnos del ambiente de mentiras que nos rodea. Esta súplica será sincera y será escuchada en la medida en que estemos dispuestos a ver nuestra realidad, aunque duela al comienzo. Necesitamos ser liberados de nuestra ceguera y miopía espiritual.

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