Un santo de rodillas ve más lejos que un filósofo de puntillas. (Corrie ten Boom)

19.12.13

Adviento, Raíz de Jesé


Hoy, de nuevo, el tema de la liberación: Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ven a librarnos, no tardes más.
Respecto a este retoño, o renuevo, nos dice el profeta Isaías: Retoñará el tocón de Jesé, de su cepa brotará un vástago sobre el cual se posará el Espíritu del Señor... Aquel día la raíz de Jesé se levantará como una bandera para los pueblos: a ella acudirán las naciones y será gloriosa su morada (Isaías 11,1-2.10.12).
Según Benedicto XVI, la palabra “cepa, retoño o renuevo” (en hebreo “nézer”) recuerda la palabra “Nazoreo” que el NT aplica a Jesús (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, vol. III, los Evangelios de la Infancia). En todo caso, el mismo Jesús dice en la sinagoga de Nazaret que El "Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres"... Él empezó diciéndoles: "Hoy, en presencia de ustedes, se ha cumplido este pasaje de la Escritura" (Lucas 4,18-21).
Usando la imagen de la bandera, Jesús dice: Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado el Hijo del Hombre, para que quien crea en él tenga vida eterna (Juan 3,14-15). Y: Ahora comienza el juicio de este mundo y el príncipe de este mundo será expulsado. Cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (Juan 12,31-32).
Parece una paradoja que el más despreciado, el crucificado, atrajera a todos hacia sí. Pero esas son las paradojas de Dios. Históricamente, podemos observar una cosa: después del colapso del imperio romano, y por la migración de pueblos enteros, Europa quedó sumida en un gran caos, con muchas guerras. En aquella época fue solamente la iglesia con el mensaje de Cristo, que era reconocida como una autoridad moral y un punto de referencia. Esto permitió que la iglesia, a través de los monjes, pudiera transmitir a las naciones nuevas que se estaban formando, el Evangelio, junto con lo mejor de la cultura greco-romana. Así se fundaron la cultura y la civilización europea. Incluso, todavía hace unos 500 años, la iglesia era reconocida como árbitro en discusiones internacionales. Así fue la precursora de lo que hoy conocemos como la Corte Internacional de La Haya.
Pero la autoridad de la iglesia no es en primer término política, sino espiritual. Porque, si lo espiritual no funciona, lo político tampoco lo puede. Sabemos que en el mundo de hoy hay una gran falta de espiritualidad. Algunos descubren esta circunstancia como una oportunidad, para hacer de la espiritualidad un mercado. Hay muchas ofertas en este campo, muchas de ellas engañosas y hasta criminales.
Tenemos que volver a nuestras raíces, a pesar de que la iglesia sigue siendo muchas veces una "que clama en el desierto". Los intereses de grupos e indiviuos no quieren permitir que se oiga su voz, o intentan distorsionarla. Con la consecuencia de que el mundo está cerca de una catástrofe que no podemos - ni queremos - imaginarnos.
Es en esta situación que suplicamos "¡ven Señor, y no tardes más!" De nuevo: Adviento es un tiempo de espera, de paciencia. Tenemos que estar conscientes de la magnitud y gravedad de la situación en que estamos, y de la absoluta imposibilidad de resolverla por nuestras propias fuerzas. Debemos reconocer nuestra impotencia, para que Dios manifieste su poder de liberarnos del desgobierno y del caos en que estamos sumidos.

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