Un santo de rodillas ve más lejos que un filósofo de puntillas. (Corrie ten Boom)

1.4.12

Cuaresma - Amistades


www.panoramacatolico.com
Ya pronto la cuaresma va a terminar. Eso no quita que sigamos practicando lo nuevo que hemos descubierto durante estas semanas, y que sigamos buscando, para conocer más nuestra realidad. La cuaresma es sólo un tiempo fuerte para revisar nuestra vida, y para volver a enderezar nuestra relación con Dios. Pero se espera que sigamos en este camino el resto de nuestra vida. No hay tregua.
Hay una cuarta cosa de que se lamentaban los moribundos que Bronnie Ware acompañaba; se trata del tema de la amistad:
Quisiera haber mantenido el contacto con mis amigos. Muchas veces no se daban cuenta de la magnitud de los beneficios de antiguos amigos hasta que llegaban las semanas de su muerte; y no siempre era posible encontrarlos. Muchos llegaron a estar tan absorbidos por los asuntos de su propia vida que a lo largo de los años permitían que amistades que valían oro se les escapaban. Había mucho arrepentimiento muy profundo por no haber concedido a las amistades el tiempo y el esfuerzo que se merecían. Todos extrañan sus amigos cuando están muriendo.
Para cualquiera que lleva un estilo de vida muy activo, es común dejar de lado unas amistades. Pero, cuando tienes que enfrentarte con tu muerte cercana, los detalles físicos de la vida pierden valor. La gente quiere poner en orden sus asuntos financieros, si es posible. Pero no son el dinero o el estatus que es importante para ellos. Quieren poner las cosas en orden más bien para beneficio de los que aman. Aunque, normalmente, están demasiado enfermos y débiles como para poder con esta tarea. Al final, todo se reduce al amor y las relaciones. Eso es todo lo que queda durante las últimas semanas: amor y relaciones. (http://www.inspirationandchai.com/Regrets-of-the-Dying.html);
Bronnie Ware está hablando de amistades verdaderas, buenas, que “valen oro”. Se trata, por lo tanto, de personas que nos acompañan, si no es físicamente, al menos espiritualmente – que es lo más importante. Son personas con quienes podemos compartir valores y sentimientos, personas que nos aceptan como somos, sin que necesariamente estén de acuerdo con todo lo que hacemos. En último término, en un amigo, una amiga, nos encontramos con Dios; el Dios que nos llama a la vida, el Dios que nos invita a superarnos, a aceptar el amor y nos anima a amar.
No todos los que dicen ser nuestros amigos lo son de verdad. Y para encontrar un verdadero amigo, es necesario encontrarnos también con Dios. Porque sólo Él nos puede unir en un mismo sentir. Él es el punto de referencia. De esta manera podemos ser el uno para el otro de ayuda mutua, porque la meta del camino no es el amigo, sino Dios.
Por eso tampoco importa si la amistad es con una persona del mismo sexo o del otro. Por supuesto, la atracción entre los sexos es un factor importante a tomar en cuenta; pero no es para temerlo. El miedo es mal consejero y, en el caso de una amistad, sería un gran impedimento para recibir el don de Dios de una persona que nos acompaña en nuestro camino hacia Él. Recordemos la escena tan bella entre San Benito y Santa Escolástica, de la que escribí en otra ocasión en este blog. Hay muchos ejemplos de amistad de otros Santos, hombres y mujeres. Y no digamos que esto es posible sólo para santos. ¡No! Mientras nuestro punto de referencia es Dios, todos podemos recibir y aceptar este don si Él nos lo da. Otra cosa sería si nuestra búsqueda de Dios fuera sólo un pretexto para estar con una persona del otro sexo. En este caso, nuestras tendencias inconscientes funcionarían como un reloj. Tampoco se trata sólo de buscar a alguien que me acompañe, que me llene un vacío afectivo; también yo soy instrumento de Dios para el otro. Se me invita a transmitirle el amor de Dios. Así, Dios siempre está en el centro.
Es eso lo que nos queda cuando nos toca morir: haber podido ser instrumento de la gracia de Dios para el otro. En Él nos volveremos a encontrar, y nos daremos cuenta de que se nos había permitido participar en el gran misterio de su Amor infinito.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario