Un santo de rodillas ve más lejos que un filósofo de puntillas. (Corrie ten Boom)

2.6.11

¡No Temas, María!

La Anunciación, Ph. de Champaign
vuelto horizontal







“María se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquel” (Lucas 1,29). ¡No era para menos! Pongámonos en la situación de María: una joven adolescente oye que es “la llena de gracia”, y que “el Señor está con ella”. ¿Qué querrá decir todo eso? Además, no sabemos lo qué pasó literalmente, en el sentido de que hubiera sido posible grabarlo en un video. Pudo haber sido una aparición, o también una intuición de estas que se sabe que no son inventos de uno ni alucinaciones, sino que vienen del más allá. En todo caso, la Escritura lo llama “ángel”, es decir “mensajero” de Dios. Pero, ¿cómo sabe María que este mensajero viene de Dios, y no del maligno?
El ángel le da la respuesta: "¡No temas!" Al maligno no le interesa que estemos tranquilos y en paz. Le interesa nuestra confusión (de allí el nombre “diablo”, es decir “el que confunde”) y nuestra desorientación, para poder “pescar en río revuelto”, y “vendernos gato por liebre”. Así ya comenzó en el paraíso. Y siempre es el hombre quien pierde.
A Dios no le interesa nuestra confusión ni nuestro miedo. Él nos da tranquilidad; así nos inspira confianza. Una vez establecida esta relación de confianza con María, le dice lo que será su misión: algo inaudito que cuesta creerlo y, más todavía, aceptarlo. Pero, sabiéndose en la presencia y el amor de este Dios que le inspira confianza, es posible caminar con Él todo el trayecto, hasta el final.
Recordando que, también en este detalle, María es el arquetipo de nosotros los creyentes, nos da unas orientaciones importantes para nuestro discernimiento: Siempre cuando hay gente o situaciones que nos asustan, que nos confunden e inspiran miedo – y mantienen este miedo – no se trata de la presencia de Dios, ni de nadie que está interesado en nuestro bien. Eso pasa con frecuencia en la política donde, hoy en día, muchas veces no se nos presenta un candidato, sino que se nos “vende” la imagen de un candidato. Pasa en la vida económica donde, con mucha propaganda comercial, se desinforma de tal manera que se venden productos de por sí inútiles - y nosotros ¡los compramos!.
Por supuesto, también en la presencia de Dios y su obra podemos sentir temor. Sin embargo, Dios, a la vez nos calma y fortalece nuestra confianza en Él. Dios quiere que seamos “libres de temor” y, así, “arrancados de la mano de nuestros enemigos”, para poder “servirle en santidad y justicia” (Lucas 1,74-75).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario