San
Jerónimo meditando sobre
qué nos
enseña la muerte
|
Como
pueden ver, estas palabras no fueron dichas por un santo; fue Steve Jobs,
muerto hace poco, quien las pronunció en su famoso discurso de Stanford. No
conozco su afiliación religiosa, ni sus creencias o prácticas. No sé lo que él
entendía por “las grandes decisiones de
mi vida”. Pero lo que dice, puede compararse con aquel instrumento del arte
espiritual que recomienda San Benito de Nursia a los monjes cuando escribe en
su Regla: “Tener la muerte presente ante
los ojos cada día” – en latín es más fuerte todavía: “sospechar la muerte ante
los ojos cada día“ (Regla de Benito 4,47).
Vemos
la muerte como algo macabro, algo que queremos eliminar de nuestra consciencia.
Por eso tanta distracción de todo tipo, sólo para aferrarnos a algo que, en
todo caso, vamos a perder. "¿Quién vivirá sin ver la muerte? ¿Quién
sustraerá su vida a la garra del abismo?" (Salmo 88,48). El sepulcro es su morada perpetua…, aunque
hayan dado nombre a países. Cuando
muera, no se llevará nada, su fasto no bajará con él (Salmo 48,11.17). Pero parece que nos gusta apostar al
caballo perdedor.
Y es
verdad: ¿qué son “las expectativas de los
demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso” ante el hecho de la
muerte? Y en la muerte, ¿qué nos queda? ¿A dónde vamos? ¿Dónde terminamos? Como
cristianos sabemos, que terminamos en las manos de Dios, un Dios que nos ha amado
desde toda la eternidad, un Dios que nos acoge como a los que regresan a casa,
un Dios que nos tiene preparado su banquete donde Él mismo nos servirá la mesa.
Frente a la realidad de este amor tan íntimo, ¡qué importa lo demás! Sólo tiene
valor lo que sirve a encaminarnos a esta intimidad, y a enseñarles a otros el
camino que va a Dios.
Así,
la muerte pone nuestra vida en perspectiva, nos ayuda a encontrar su sentido. La
muerte nos invita a una relación íntima con Dios, y a facilitar esta relación a
nuestros hermanos.
PADRE VEDA, EN VERDAD ESTA REFLEXION NOS DEBERIA LLAMAR A ABSTENERNOS DE TANTAS VANALIDADES, A ESE EMPEÑO DE "CORRER TRAS EL VIENTO" QUE NOS VENDE, MUESTRA Y REGALA EL MUNDO MODERNO... LA MUERTE PRESENTE EN NUESTRA VIDA NOS HACE RECORDAR QUE SOMOS NADA, PERO EL TRIUNFO DE LA RESURRECCION SOBRE ELLLA NOS ELEVA POR ENCIMA DE TODA LA CREACION NO POR QUE SEAMOS MEJORES, SINO SIMPLEMENTE PORQUE ESO ES LO QUE HACE EL AMOR QUE PROVIENE DE DIOS, ESE AMOR QUE NOS DA LA VIDA ETERNA, QUE VEMCE A LA MUERTE ... Y NOS QUITA LO PEQUEÑO QUE SOMOS Y NOS HACE GRANDES EN EL...
ResponderBorrar