Un santo de rodillas ve más lejos que un filósofo de puntillas. (Corrie ten Boom)

29.12.14

... Y acampó

Madona Asiática
Este texto no na crecido en mi jardín, pero quisiera compartirlo porque es bellísimo, y fruto de la vida contemplativa. Allá queremos llegar. El texto es del diario de Thomas Merton, publicado en el blog de sus amigos. A continuación el texto:
“Dios se hizo hombre en Cristo. Al convertirse en lo que yo soy, Él me unió a sí mismo e hizo de mí su epifanía, de manera que ahora se supone que yo lo revelo a Él. Mi existencia misma como hombre depende de esto: que en virtud de mi libertad yo obedezca su luz, permitiéndole así revelarse a sí mismo en mí. Y el primero en ver esta revelación es mi propio yo. Yo soy su misión a mí mismo y, a través de mí, a todos los hombres. ¿Cómo podré yo verlo o recibirlo si desprecio o temo lo que soy: un hombre? ¿Cómo puedo yo amar lo que soy, un hombre, si odio al hombre en los demás?
El simple hecho de mi humanidad debería ser una fuente inagotable de gozo y placer. Al alegrarme por aquello que mi Creador ha hecho de mí, estoy abriendo mi corazón a la salvación que me ofrece mi Redentor. El gozo de ser hombre es tan puro que quienes tienen una comprensión cristiana débil pueden incluso llegar a confundirlo con el gozo de ser algo distinto del hombre, por ejemplo, un ángel o algo por el estilo. PERO DIOS NO SE HIZO ÁNGEL. SE HIZO HOMBRE.”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario